Trance
Director: Danny Boyle.
Uno de
los aspectos que caracterizan el cine de Danny Boyle es la diversidad de temáticas en
sus películas. Al realizador británico no le gusta repetir o
encasillarse en un género determinado y lo mismo te puede hacer una de descenso
a las drogas en Trainspotting (1996),
irse de aventuras en La Playa (2000),
una terrorífica 28 días después
(2002) o un drama bienintencionado como Slumdog
Millionaire (2008). Con todo, da la sensación que sus películas tienen algo
de fuegos de artificio, que brillan durante su metraje pero una vez las has visto se disipa su estela y son fácilmente olvidables.
La historia de Trance se centra en Simon (James McAvoy), un empleado de una casa
de subastas que se asocia con una banda criminal encabezada por Franck (Vincent
Cassel), para robar una valiosa obra de arte. En el trascurso del robo, sufre
un inesperado golpe en la cabeza que le hará olvidarse por completo de donde
está el preciado botín, y como consecuencia, solicitará los servicios de una terapeuta, Elizabeth (Rosario Dawson), para recordar lo ocurrido.
Aquí, Boyle te sumerge en un tobogán de
sensaciones, vaivenes, colores, sexo, engaño y explosiones, intentando esconder
sus cartas hasta el final del relato, y las escenas retrospectivas durante las
sesiones de hipnosis con Simon recordando lo ocurrido están bien insertadas,
con el vertiginoso montaje característico de la casa. Tienes la continua
sensación de ir por detrás en todo lo que te cuentan, y te dejas arrastrar por
la corriente del juego de engaños y traición que te proponen, cosa que se
agradece en una película de intriga. El estilo efectista del director no
molesta, da la sensación que con Trance
ha elegido un proyecto que con sus vaivenes se adapta al estilo Boyle como un
guante.
El trío protagonista está creíble cada uno
en su rol, aguantando todo el peso de la película. Vincent Cassel es
de los tres el más uniforme de todos en su papel del delincuente, que gracias a
su marcado físico le hace creíble y convincente. Rosario Dawson interpreta a
una hipnoterapeuta que destila por todos sus poros astucia y sensualidad,
mostrando en algunas secuencias de forma generosa su espectacular anatomía, no
dejando lugar a la imaginación. Por último James McAvoy encarnando a Simon, es
de los tres, el personaje psicológicamente más complejo e imprevisible, el
detonante de toda la acción. Se echa de menos que esa banda de atracadores a
cargo de Franck hubiera tenido un personaje con peso o más ferocidad, o que el orquestado
final no fuese precipitado y tan confuso, aspectos que hacen resentirse a la
película en su conjunto final.
Trance
es un ejercicio de virguería fílmica, un buen entretenimiento que tiene más de manipulador
thriller de suspense, que de noir moderno. Hay que verla y dejarse llevar, que
te haga cosquillas en el estómago y disfrutarla a la velocidad que te lleva,
como una montaña rusa. (5/10)
Fernando
Rodríguez
¡Muy buena nota! Esta nueva historia de Danny Boyle es muy complejo, con un aire a "Memento" o a "El Maquinista". Me encantó.
ResponderEliminarComienza de forma clásica y se convierte en un impactante thriller psicológico. Hasta el último minuto no se sabe como viene la mano, y luego del final dan ganas de verla bajo esa "nueva mirada".
Es una película rara, con situaciones que pueden parecer bizarras (y de hecho lo son) pero con una esencia muy humana.
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¡Saludos!