sábado, 29 de marzo de 2014

Cine-crítica: La ladrona de libros

Sábado, 29 de marzo de 2014

"Estreno"

El Poder de la Imaginación 

LA LADRONA DE LIBROS
(2013) USA    
The Book Thief
Dirección:  Brian Percival (. 131 min)


Ilustracion de Erin McGuire

     Basada en la exitosa novela de Markus Zusak, The Book Thief, la historia se centra en Liesel (Sophie Nélisse), una jovencita que es adoptada por una familia alemana de acogida en un pueblo cercano a Munich en plena II Guerra Mundial. La valerosa niña cambiará la vida de quienes la rodean al descubrir el poder que desarrolla la lectura.

     El film al tomar la perspectiva desde la joven protagonista adquiere carácter de fábula, mostrando los horrores de la guerra desde la mirada de una analfabeta niña de nueve años inadaptada que no comprende la barbarie y destrucción que la rodea, o mejor dicho lo comprende demasiado bien como para querer seguir viviendo esa situación. Su padre adoptivo Hans (Geoffrey Rush) la comienza a introducir en la lectura, poco a poco se va integrando en el vecindario a través de otro niño, su amigo Rudy (Nico Liersch). Pero su vida cambia con la aparición de Max (Ben Schnetzer), un joven judío perseguido por los nazis que acoge y esconde en su casa la familia, y que aficiona a la niña a la lectura creándose entre ellos una estrecha amistad fomentada por los libros que ella roba, y a través de estos le proporcionan viajes fantásticos para huir de los bombardeos.
    
     La ladrona de libros es una película sentimental en el mejor sentido del término, para nada lacrimógena y que dosifica con acierto información de los personajes a través de sus actuaciones para conocerlos un poco mejor, en las antípodas de clichés y tópicos de otros films con el mismo trasfondo. Buena muestra de ello es el matrimonio adoptivo, lo mejor de la película encarnado por los estupendos Geoffrey Rush y Emily Watson, bien dibujados gracias al eficaz guión de Michael Petroni que los hace cercanos y sin caer en la autocomplacencia. Capítulo aparte merece la banda sonora de ritmo pausado y sin estridencias del maestro John Williams, que potencia de modo sutil las imágenes en la línea de anteriores trabajos suyos como Memorias de una geisha (Rob Marshall, 2005).  

     Lástima que ese masticado e inútil epílogo que trata al espectador como a un perfecto imbécil, empañe los numerosos aciertos de La ladrona de libros. Aún así esta es una película recomendable que se ve bien y no defrauda en su conjunto, ejemplificando el poder de la lectura como evasión del horror y lección de vida. (6/10)  

      Fernando Rodríguez

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