lunes, 16 de septiembre de 2019

TV SERIES OPINIÓN - MINDHUNTER (TEMPORADA 2)

Mindhunter  (temporada 2)

Creador: Joe Penhall (USA, 2017-2019) 55 min. (aprox.)

Una serie de Netflix que mira a la cara a HBO


     "Mindhunter" (temporada 2) continúa con el tono de calidad de la primera temporada que aquí marca David Fincher como productor de la serie y director en sus 3 primeros episodios de un total de 9.

     En esta segunda todo es más mediático, mecánico y burocratizado para los detectives y la psicóloga, son el nuevo juguete del FBI, por ello los interrogatorios en las cárceles no tienen el impacto ni son el eje central como en la anterior. La trama aquí se centra  principalmente en dos puntos fuertes: el conflicto familiar del detective Bill Tench y la fuerte carga psicológica que tiene que sostener; y los asesinatos de Atlanta entre 1979 y 1981, los cuales pondrán a prueba la credibilidad y existencia dentro de los componentes del propio departamento.

     Una de las novedades de "Mindhunter" (t2) es Michael Cerveris, que interpreta al nuevo jefe de la Unidad Especial aportando un carisma y ambigüedad que le hacen un personaje muy interesante que juega con la imagen pública y la política.

     Si en la anterior temporada el protagonista era el joven detective, en esta segunda es el veterano quien se lleva el foco de atención interpretado por Holt McCallany, alguien con el poso y contundencia propios de un actor del Hollywood clásico nivel Robert Mitchum o Lee Marvin. Brillante.

     Todo en esta serie es magnético, perturbador, sórdido y absorvente. Joe Penhall y David Fincher convierten en oro "Mindhunter" más por lo que cuentan, por cómo lo cuentan.

     Quizás no alcanza el nivel excelencia de la primera temporada por ser un policiaco algo más convencional hacia el final, pero sigue siendo una serie grandiosa sobre el complejo comportamiento de la mente humana.

Puntación: 8,8

⭐⭐⭐⭐


Fernando Rodríguez (16.09.2019)

CINE OPINIÓN - IT. CAPÍTULO 2

Ilustración de Orlando Copali Velasquez

It. Capítulo 2

Dirección: Andy Muschietti (USA, 2019) 169 min.


El payaso devorador de pesadillas


     "It. Capítulo 2" está dirigida como la anterior por el argentino Andy Muschietti adaptando la aclamada novela de Stephen King.

     Después de los sucesos ocurridos en "It" hace 27 años, el mal se vuelve a manifestar en forma de Pennywise. Por ello Mike, único de aquella pandilla que sigue viviendo en la pequeña localidad de Derry (Maine), convoca a sus antiguos amigos ateniéndose al juramento de sangre que hicieron entonces.

     Una secuela de 170 minutos que no aburre pero repite fórmulas de la anterior con algunos altibajos y menor acierto, cuyo último tercio es una vorágine de efectos especiales que atropellan el espíritu del notable film de 2017. Warner ha metido aquí más presupuesto y se nota. El guión no da a los personajes adultos el espacio y peso suficientes como para que empatices con ellos, no profundiza en sus miedos.

     En favor de la película, la dirección. Muschietti tiene sobrada capacidad para componer imágenes inquietantes en los claroscuros o hacer unas transiciones geniales. El mejor momento de "It. Capítulo 2" es la magnífica secuencia en la atracción de feria con los espejos.

     Los momentos flashback con los críos funcionan y tienen más fuerza y frescura que los adultos. En el apartado actoral  Bill Hader y Bill Skarsgard, este como Pennywise, son lo mejor del reparto.

Puntuación: 5,8

⭐⭐


Fernando Rodríguez (16.09.2019)

lunes, 26 de agosto de 2019

MJ & MJ


   Para mí los dos mejores jugadores de basket de la historia. Quién es el número 1 y quien el 2? El orden lo pones tú.

viernes, 23 de agosto de 2019

CINE OPINIÓN - ÉRASE UNA VEZ EN... HOLLYWOOD

 Érase una vez en... Hollywood 

Dirección: Quentin Tarantino (USA, 2019) 161 min.


Hollywood, ciudad de juguetes rotos


     Quien espere ver en "Érase una vez en... Hollywood" una película más de Tarantino se equivoca.

     Año 1969, Los Ángeles. Rick Dalton (Leonardo DiCaprio), es un actor venido a menos, con baja autoestima y aficionado a la bebida; por otra parte Cliff Booth (Brad Pitt) es un especialista de cine autosuficiente y seguro de sí mismo, el amigo molón y chico para todo de Rick. Dos personalidades opuestas pero que guardan una complicidad y amistad a prueba de bomba. Un dúo memorable.

     Un tercer elemento es Sharon Tate (Margot Robbie), vecina de Rick. Una joven actriz llena de vitalidad que sirve más como telón de fondo que como personaje con cierto peso en la trama.

     Aunque no falte el humor, escenas bestias o tensión, es la obra más adulta y reposada de Quentin Tarantino junto a la magnífica "Jackie Brown". Durante sus 161 minutos, que se pasan muy rápido, tiene mucho más peso la labor del Tarantino director que aquí alcanza un nivel de madurez narrativa sobresaliente, que la del Tarantino escritor en la que la estructura episódica y los verborréicos diálogos brillan por su ausencia.

     "Érase una vez en... Hollywood" es una fábula y un homenaje de su director al cine de una época revolucionaria y de cambios que pasó por encima del sueño americano. Al tratarse de un cuento y como ya hiciera en Malditos bastardos, utiliza personajes célebres de la época para interactuar con ellos e insertarlos circunstancialmente en la acción. Da la impresión que esta peli es la consumación del deseo de la vida del director. Una vida perfecta es el cine dentro del cine, la ficción televisiva de los 60, los platós, el mundo de los actores y la gente que trabajaba en torno a esa industria, los escenarios exteriores de Hollywood, donde el Tarantino niño vivía y soñaba con ser parte de este gran juguete manejado por adultos. A este respecto el director hace un juego reflectante de espejos a lo largo del film donde realidad y ficción se superponen y complementan. Geniales.

     Este film no alcanza el nivel superlativo del Tarantino de los 90 o de "Django", pero supone una evolución del realizador norteamericano con el meritazo de tomar ciertos riesgos al quizás no ofrecer lo que su público incondicional espera de él. Y eso siempre es bueno.

Leonardo DiCaprio y Brad Pitt están sencillamente brutales.

Puntuación: 8,5 

⭐⭐⭐⭐


Fernando Rodríguez (23.08.2019)

viernes, 16 de agosto de 2019

viernes, 15 de diciembre de 2017

Dejar de tocar los cojones

        Cuando se estrenó en España el episodio IV de Star Wars yo tenía 13 años. Aquella emoción que sentí, la he guardado todo este tiempo y cada vez que me siento en la butaca del cine, y empiezo a oír las primeras notas del maestro Williams mientras esas letras amarillas van rodando por el fondo negro de la pantalla sigo sintiendo el mismo cosquilleo que entonces. Dicho esto, esta humilde publicación va dirigida a todos aquellos eruditos y sentacátedras del mundo Star Wars que no hacen más que tocar los cojones con sus clases magistrales de conocimiento sobre la saga, destripamiento y desglose de absolutamente todo y bla bla bla bla……que si ya lo hemos visto que es una copia, que si hay algo nuevo que para qué, que si la esencia se pierde, que si hacen las películas para vender ………DIOS QUE PUTO COÑAZO DE GENTE. Hay alguien en la industria del cine en general y en el norteamericano en particular que haga películas para que no las vea nadie y arruinarse, o para que los mortales vayamos a cascoporro al cine a pasar un buen rato y de paso ellos forrarse. Lo que es mas importante es que aparte de hacer tertulias, coloquios, podcast con estudios sesudos, análisis milimétricos de guión, personajes, predicciones de futuro jugando a ser vidente y demás cuestiones………tenemos claro que Star Wars es entretenimiento y aventura? Pues para muchos creo que no, y ya es hora que nos demos cuenta de que es eso nada más y nada menos. Dejar de dar la brasa coño, iros al cine, compraros un puto cubo de palomitas y disfrutad de este maravilloso universo que un buen día el señor Lucas tuvo a bien parirlo en su cabeza y que consiguió, no sin muchas dificultades y con poca fe, llevarlo a las salas de cine.

         Por cierto, ir a ver el episodio VIII, solo os puedo asegurar que no os dejará indiferentes. Que LA FUERZA os acompañe.




miércoles, 23 de agosto de 2017

Frases de cine: Aterriza como puedas

ATERRIZA COMO PUEDAS
Airplane! (1980)
Directores: Jim Abrahams, David Zucker, Jerry Zucker





Elegí un mal día para dejar de fumar.
Lloyd Bridges (McCroskey)

sábado, 31 de mayo de 2014

domingo, 25 de mayo de 2014

Imagen: Star Wars Saga

Ilustración The Dark Side, de Star Wars por Tsuneo Sanda.

Cine-crítica: Al encuentro de Mr. Banks

Domingo, 25 de mayo de 2014

“Estreno”

Espíritu indomable frente a Mickey Mouse  

AL ENCUENTRO DE MR. BANKS
(2013) USA
Saving Mr. Banks
Director: John Lee Hancock (125 min.)





Ilustración de Kitty Rouge
     La historia se centra en Walt Disney (Tom Hanks) y su perseverancia durante más de 20 años por hacerse con los derechos para el cine Mary Poppins, el personaje de ficción creado por P.L. Travers e interpretado por la británica Emma Thompson. La escritora y periodista australiana se niega a dar su brazo a torcer y sólo accederá a la adaptación cinematográfica bajo una serie de estrictas condiciones. Es el comienzo de la década de los 60, Travers reside en Londres y atraviesa una precaria situación económica cuando recibe por enésima vez la oferta del creador de Mickey Mouse para trasladarse a Los Angeles durante dos semanas, para negociar la traslación del personaje de la célebre niñera a la gran pantalla.  
                            
     Siempre me ha resultado atractivo ese subgénero definido como cine dentro del cine, que ha escrito en letras de oro para el cine títulos como Cautivos del mal (Vincente Minnelli, 1952), Cantando bajo la lluvia (Stanley Donen & Gene Kelly, 1952), Fellini, ocho y medio (8 ½) (Federico Fellini, 1963), El juego de Hollywood (Robert Altman, 1992) o Ed Wood (Tim Burton, 1994). En el caso de Al encuentro de Mr. Banks, aunque sí pertenece a este apartado no guarda ni siquiera comparación con aquellas obras maestras, pero sí tiene puntos de interés que al menos merecen la atención del espectador.

     El principal acierto de Al encuentro de Mr. Banks es su estructura narrativa. Mientras que en el 80 por ciento de films que utilizan flash-backs se pierden en la narración entorpeciendo su desarrollo, aquí se muestran como el vehículo perfecto para acercarnos a pasajes de la infancia de P.L. Travers junto a su idolatrado padre, Travers Goff (Colin Farrell), y así desgranar la personalidad de la australiana, todo ello al tiempo en que se está gestando el guión de la película Mary Poppins (Robert Stevenson, 1964). En este aspecto hay que destacar el notable tratamiento de las secuencias musicalizadas en el laboratorio Disney, las cuales no tienen ninguna de ellas desperdicio, y la relación que Travers mantiene con guionista, compositores y el propio Walt Disney.

     Ignoro si el personaje de la australiana P.L. Travers se asemeja al de la vida real, seguramente no. Quizás se hayan obviado muchos aspectos que no hayan interesado trasladar a la película, y seguramente el final no se corresponda con la realidad, pero sé que la composición que hace la actriz británica de ese personaje hermético e indomable a las azucaradas ideas del embaucador Disney es magistral, digno de apreciar en una sala de cine. Sólo ese encantador personaje que es el chófer que nunca pierde la sonrisa, interpretado por el siempre genial Paul Giamatti, es capaz de dar la réplica a la protagonista. Tom Hanks está correcto en su papel de Disney, hace lo que puede con un personaje menos agradecido, en una batalla en la que se sabía perdida de antemano respecto al de la escritora.    

     El experimentado John Lee Hancock acierta con una estupenda puesta en escena en esta eficaz historia que combina ligereza y dramatismo a partes iguales.  Un trabajo de corte clásico en el mejor sentido de la palabra, alegre, elegante, hecho con oficio, que juega al despiste aparentando superficialidad cuando lo que cuenta es una historia de peso, y con una estupenda banda sonora de Thomas Newman. Todo ello puesto al servicio de una actriz monumental. Me pongo a sus pies Señora Thompson. (6/10)  
             
     Fernando Rodríguez