Domingo,
25 de mayo de 2014
“Estreno”
AL
ENCUENTRO DE MR. BANKS
(2013) USA
Saving Mr. BanksDirector: John Lee Hancock (125 min.)
Ilustración de Kitty Rouge |
La historia se centra en
Walt Disney (Tom Hanks) y su perseverancia durante más de 20 años por hacerse
con los derechos para el cine Mary Poppins, el personaje de ficción creado por
P.L. Travers e interpretado por la británica Emma Thompson. La escritora y
periodista australiana se niega a dar su brazo a torcer y sólo accederá a la
adaptación cinematográfica bajo una serie de estrictas condiciones. Es el
comienzo de la década de los 60, Travers reside en Londres y atraviesa una precaria
situación económica cuando recibe por enésima vez la oferta del creador de
Mickey Mouse para trasladarse a Los Angeles durante dos semanas, para negociar
la traslación del personaje de la célebre niñera a la gran pantalla.
Siempre me ha resultado atractivo ese
subgénero definido como cine dentro del cine, que ha escrito en letras de oro para
el cine títulos como Cautivos del mal
(Vincente Minnelli, 1952), Cantando bajo
la lluvia (Stanley Donen & Gene Kelly, 1952), Fellini, ocho y medio (8 ½) (Federico Fellini, 1963), El juego de Hollywood (Robert Altman,
1992) o Ed Wood (Tim Burton, 1994). En
el caso de Al encuentro de Mr. Banks,
aunque sí pertenece a este apartado no guarda ni siquiera comparación con aquellas
obras maestras, pero sí tiene puntos de interés que al menos merecen la
atención del espectador.
El principal acierto de Al encuentro de Mr. Banks es su
estructura narrativa. Mientras que en el 80 por ciento de films que utilizan flash-backs
se pierden en la narración entorpeciendo su desarrollo, aquí se muestran como el
vehículo perfecto para acercarnos a pasajes de la infancia de P.L. Travers junto
a su idolatrado padre, Travers Goff (Colin Farrell), y así desgranar la
personalidad de la australiana, todo ello al tiempo en que se está gestando el
guión de la película Mary Poppins
(Robert Stevenson, 1964). En este aspecto hay que destacar el notable
tratamiento de las secuencias musicalizadas en el laboratorio Disney, las
cuales no tienen ninguna de ellas desperdicio, y la relación que Travers
mantiene con guionista, compositores y el propio Walt Disney.
Ignoro si el personaje de la australiana
P.L. Travers se asemeja al de la vida real, seguramente no. Quizás se hayan
obviado muchos aspectos que no hayan interesado trasladar a la película, y
seguramente el final no se corresponda con la realidad, pero sé que la
composición que hace la actriz británica de ese personaje hermético e indomable
a las azucaradas ideas del embaucador Disney es magistral, digno de apreciar en
una sala de cine. Sólo ese encantador personaje que es el chófer que nunca
pierde la sonrisa, interpretado por el siempre genial Paul Giamatti, es capaz
de dar la réplica a la protagonista. Tom Hanks está correcto en su papel de
Disney, hace lo que puede con un personaje menos agradecido, en una batalla en
la que se sabía perdida de antemano respecto al de la escritora.
El experimentado John Lee Hancock acierta con
una estupenda puesta en escena en esta eficaz historia que combina ligereza y
dramatismo a partes iguales. Un trabajo
de corte clásico en el mejor sentido de la palabra, alegre, elegante, hecho con
oficio, que juega al despiste aparentando superficialidad cuando lo que cuenta
es una historia de peso, y con una estupenda banda sonora de Thomas Newman. Todo
ello puesto al servicio de una actriz monumental. Me pongo a sus pies Señora
Thompson. (6/10)
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